domingo, 15 de noviembre de 2020
martes, 10 de noviembre de 2020
Cosas que sólo le pasan a Amaury
Hace un año estábamos grabando la nueva versión del tema de presentación de mi programa de TV «Con 2 que se quieran» para su tercera temporada en los Estudios Abdala. Mi productora ejecutiva y asistente personal, Carmen Rosa Báez, se acercó y me dijo al oído: “En el lobby hay un grupo de empresarios mexicanos que se enteraron de que tú estás aquí y quieren verte para tomarse una foto contigo” a lo que respondí: “Por favor Carmen discúlpame con ellos porque no puedo abandonar la grabación ahora y además mira la facha que tengo” (Yo andaba vestido con un pullover gris roto y desteñido, unas bermudas, mis ineludibles tenis Converse y el cabello alborotao) Carmen Rosa salió del estudio y se los comunicó a los empresarios con tal gentileza que ellos manifestaron entendimiento. Pasaron un par de horas y tuve que abandonar el estudio para ir al baño; los mexicanos aún me esperaban, pero ya los había olvidado. Ahí se produjo el siguiente e inaudito diálogo entre nosotros:
Los mexicanos: ¡Señor, Señor ¿Es verdad que Amaury Pérez está en ese estudio?
Yo: (Confundido) ¡Sí, es verdad!
Los mexicanos: Por favor le podría decir que lo estamos esperando solo para tomarnos una foto.
Yo: (Más confundido) Eso es imposible porque está en un momento crítico de la grabación y no creo que pueda salir.
Los mexicanos: ¿Usted trabaja con él?
Yo: (Muy confundido) No, soy un pariente suyo.
Los mexicanos: ¿Es su padre?
Yo: (Totalmente confundido) No que va…yo soy…¡su abuelo!
Los mexicanos: Bueno señor pues gracias por atendernos y dígale a su nieto ¡Que México lo ama!
De vuelta al estudio, luego de contarles el insólito incidente a los músicos, solo agregé dubitativo y deprimido: ¡Coño! ¿Y cuándo habrá sido la última vez que esos mexicanos vieron a mi «nieto»?
Todos estallamos en una sonora carcajada.
AMAURY PÉREZ VIDAL