lunes, 9 de marzo de 2015

Mis primeros recuerdos

El siguiente material titulado "Mis Recuerdos" fue escrito de puño y letra por el cantautor Amaury Pérez Vidal a principios de 2013, donde de una manera elocuente y sincera  nos hace penetrar en muchos pasajes de su vida artística y privada. Por su valor histórico y autobiográfico es que lo sometemos a la consideración de ustedes.


Yo nací un 26 de diciembre de 1953 a las siete y diez de la mañana en la clínica Marfán en la calle 17 del Vedado. Hijo de Consuelo Vidal Regal y Amaury Pérez García. Fui el primer hijo de mi madre que pasó, por delgada, las mil y una noches para parirme. Los dolores de parto le comenzaron en un programa de televisión, creo que en el estudio 11. Mi ginecólogo y pediatra primigenio fue el Dr. Catasús, un hombre blanco en canas que partió a Miami en 1960 y de quien guardo muy selectos recuerdos. Mis padrinos de bautizo fueron el locutor José Antonio Alonso y Felicia Amelivia, famosa actriz de radio que nunca llegó a la televisión porque tenía una voz bella pero no un rostro televisivo y que vivía en la playa de Boca Ciega. Mi bautizo, auspiciado por la publicitaria Siboney, adonde pertenecía mi madre como anunciante, fue el primer bautizo televisado en vivo de América Latina; ya mis padres eran unas celebridades y el festejo fue por todo lo alto. Casi desde que nací fui utilizado en comerciales de TV, mis primeras fotos lo confirman y los hice hasta que la televisión fue intervenida por la Revolución en 1960, después junto a Pedro Campanería, Carlitos Espasande y Enriquito Almirante formé parte del elenco de actores infantiles de la televisión. Hacía comerciales del queso proceso Nela, la guayaba Conchita, la pasta de dientes Gravi y muchos más. A mis padres les pagaban por eso y de alguna manera ayudé, sin saberlo, a la economía de la familia que por cierto era muy boyante porque los capitalistas pagaban bien el talento. Soy nieto por parte materna de Consuelo Regal y Gonzalo Vidal a quienes casi no disfruté porque decidieron vivir y morir en Miami desde 1959 y de Alcibíades Pérez y Delfina García por la parte paterna que se ocuparon de mi crianza y la de mis hermanos hasta su muerte igual que me tía abuela Carmen. Como tenía que hacer tantos comerciales en directo vivía casi en CMQ que era la emisora predilecta de todos los cubanos de entonces, mi único tío Tabaré Pérez era camarógrafo de la televisión y entre mis tíos postizos estaba el gran Caiñas Sierra, el mejor amigo de mi padre, y muchos de los artistas de la época entre los que recuerdo a Benny Moré, Celia Cruz, Olga Guillot, Albertico Insua, Rolandito Barral, Dinorah del Real, Freya García y Germán Pinelli entre otros.

En mi infancia padecí de un grave trastorno en mis rodillas y mi amantísima madre me llevó a la consulta del Dr. Bestard, en 21 e I, que me mandó unos soportes ortopédicos, metal y cuero, como los del niño Forrest Gump que mi madre se ocupó de suprimir después de semanas por la lástima que le daba el hijo minusválido. Nunca he dejado de tener dolores en las rodillas.

Recuerdo cada 6 de enero ir a la publicitaria Siboney, en el Nuevo Vedado, a escoger los juguetes que prefería, y aunque mi madre, nacida en la calle Mariano en el Cerro y mi padre en el Central Delicias en Chaparra, Puerto Padre, en el oriente de Cuba, tuvieron una infancia muy pobre, yo resulté ser, gracias a ellos un niño bien de clase media con todo lo que un infante puede anhelar. Conocí a Goar Mestre y sus hermanos, jugué bolas con ellos en los pasillos de CMQ de los que eran dueños. Eran buenas personas ocupadas de sus trabajos y de llevar el negocio familiar por buen camino. Cuando Goar, ya muy viejo y enfermo volvió a Cuba desde Argentina donde continuó su imperio televisivo para despedirse de sus muertos, lo acompañé al cementerio de Colón junto a mi padre; pocas veces sentí tanta emoción. Ahí estaba el dueño frente a mi y yo su agradecido empleado en las puertas de la muerte.

Después de transitar por tres casas en el Vedado (O y 25, N entre 25 y 23, y 25 e I) mis padres compraron un terreno en Fontanar, un remedo tercer mundista de Beverly Hills al decir de mi amigo Camilo Egaña, y se fabricaron la casa de sus sueños. Solo estábamos nacidos mi hermana Aimée y yo. 

(continuará…)